Sin embargo, Campo de Batalla: la Tierra, también sirvió de inspiración para algo más: la primera banda sonora musical que se escribió para un libro. El álbum refleja el estado de ánimo de una Tierra futurista que se ha vuelto primitiva después de un ataque extraterrestre, y ofrece trece composiciones de LRH que se basan en escenas y personajes importantes de la novela. Para transmitir mejor el alcance de esta saga, el álbum utilizó elementos de varios géneros, desde honky-tonk y un jazz lleno de un swing libre, hasta un rock electrónico de lo más innovador. El resultado es una dimensión completamente nueva en el sonido espacial, y lo que los críticos describieron como un debut de grabación muy prometedor.
Este aspecto es importante, aunque Ronald sólo hubiera sido uno de los pocos que lo reconocieron en esa época, ya que, aunque los sonidos naturales se habían usado por largo tiempo como artimañas musicales (entre las más memorables recordamos los ladridos de los perros y los graznidos de los gansos que se usaron para dar énfasis en la pieza de The Beatles, Sergeant Peppers Lonely Hearts Club Band [La Banda de Corazones Solitarios del Sargento Peppers]) nunca se habían integrado como música. En una concisa explicación, Ronald escribió: La música computadorizada puede incorporar los sonidos naturales dentro de las escalas musicales. Un oso puede gruñir en un rango de dos octavas de 13 notas. En un sintetizador, no es el gruñido de un oso, es el gruñido de un sintetizador. Hay una diferencia. El sonido natural puede entonces combinarse con instrumentos reales (no los del sintetizador). Añade a esto el ánimo de la verdadera música espacial y tenemos una nueva era musical.